LA BELLA DURMIENTE

El Ayuntamiento de Guadalajara ha tenido la feliz idea de celebrar el 25 Aniversario del Maratón de Cuentos de Guadalajara “descubriendo” (que no inaugurando, porque en campaña cuanto menos es cuestionable) hoy viernes 17 de junio una escultura que se ubicará en la Plaza de Dávalos y que representa uno de los cuentos tradicionales más populares y misóginos dónde los haya: La bella durmiente.

La escultura en cuestión ha costado unos 40.000 €, que constarán en los presupuestos como inversión cultural.

Quede claro de antemano mi respeto hacia el autor de la escultura ganadora 'Ariadna'. Lo que no entiendo por más vueltas que le doy es la elección del cuento tradicional de “La bella durmiente” como temática inspiradora para celebrar el aniversario del Cuentacuentos, habiendo relatos sin contenido machista.  Recordemos de qué va el cuento: La princesa Aurora no sabe que es princesa, vive en una cabaña en un bosque con sus tres tías (solteronas fijo) que no le dejan salir, a pesar de ello crece feliz con sus amigos los animalitos del bosque. Aurora no sabe que es una princesa porque durante su bautizo en el castillo entró en el palacio Maléfica, una bruja que le lanzó una maldición para vengarse de su padre el Rey: al cumplir 16 años, se pincharía con una rueca y caería en un sueño profundo, del cual solo despertaría con un beso de amor verdadero. El rey ordena quemar todas las ruecas del reino y manda (repudiada) a su hija a vivir con las 3 tías-hadas.

Uno de los mensajes que se mandan a nuestras niñas y niños con este cuento es que los besos sin consentimiento son románticos. El Príncipe aparece como salvador y el matrimonio es el único destino al que puede aspirar una princesa de verdad. Propuesta: que la Princesa demande al Príncipe que la besó sin su consentimiento  y reine soltera (si no encuentra un consorte que le guste que no sea machista), de manera que los príncipes aprendan que no pueden ir besando por ahí a nadie que no quiera ser besada.

El modelo de mujer que muestra el cuento es el de una mujer sometida e ingenua, que cree que el amor romántico puede salvarla. La pasividad y la sumisión son evidentes, ella espera ser rescatada para volver a la vida, una vida al lado de su amado,  porque  las mujeres son sólo complementos de sus príncipes.

La representación del resto de las figuras femeninas del cuento tampoco es inocente: La mala es la bruja y las ineptas son las hadas. Por el contrario,  el rey y el príncipe se dejan llevar por las circunstancias el Rey (padre apesadumbrado y viudo) y el Príncipe que va besando a mujeres sin saber si éstas quieren (su rol en el sistema patriarcal le obliga a salvar damiselas en apuros).

Los cuentos educan a nuestras niñas y niños, simbolizan modelos y proyectos  de vida y no queremos que éstos sean los que marquen su conducta, en los que los papeles de las mujeres son escasos e inactivos y sus acciones aparecen estereotipadas en función de lo que una determinada mentalidad espera de ellas.

Proponemos al Ayuntamiento de Guadalajara que para celebrar el veinticinco aniversario del Cuentacuentos utilice historias tradicionales que incluyan al 52% de la población, las mujeres, como lo que somos, seres activos y con más capacidades que la espera del amor romántico para llenar y realizar nuestras vidas.

Adela Somolinos Juliá,  Candidata nº2 al Congreso por Unidos Podemos